Noviembre es en Buenos Aires, el mes de las flores. El jardín es una fiesta, momento de cosechar los frutos de las horas invertidas en el jardín, el trabajo de todo el otoño e invierno.

Las cartas ya están echadas, mucho para disfrutar, y, en algunos casos, para analizar.

Puede que encontremos algunas flores, combinaciones o plantas no nos convenzan. No importa, ahora a dejarlas ser: brotar florecer y ocupar su lugar en el jardín. Ya dentro de unos meses volverá el tiempo de intervenir nuevamente el jardín. Por ahora, solo alegría, reuniones con amigos, un poco de actividad relacionada al riego o control de plagas, y el aire cargado de perfumes que van variando, para invitarnos a salir al jardín.

CANTEROS

Los canteros lucen todas sus galas. Las anuales y las herbáceas perennes pelean por destacarse en los canteros. Si fueron tutoradas, estarán creciendo firmes y prolijas, manteniéndose en pie a pesar de las lluvias o vientos ocasionales de primavera.

Hay plantas que, por supuesto que no necesitan tutor, como ser los agapantos o los hemerocallis, pero otras herbáceas perennes como las salvias, margaritas, o bulbosas como las dalias, que necesitan ser tutoradas para no caerse ante la primer lluvia o viento fuerte, sus varas florecidas no resisten su propio peso.

El jardín en noviembre en plena floración

Empiezan algunos recambios, como ser las amapolas que ya van terminando su ciclo. Momento de arrancarlas para que dejen lugar a otras plantas, en la medida que se arranquen más temprano, más lugar queda para que las plantas de alrededor ocupen su lugar, estos huecos pueden replantarse con otras anuales de verano (zinnias, cleomes, cosmos) o si hubiera herbáceas perennes al lado, irán de a poco ocupando su lugar. En noviembre las lluvias empiezan a espaciarse, por lo tanto, hay que estar atentos al riego. Idealmente será con manguera, a mano, o por goteo. Es difícil a veces identificar cuándo hace falta agua, pero chequeando con una palita al borde del cantero, se puede medir la humedad de la tierra, y así tomar cartas en el asunto.

Tiempo de disfrute en el jardín

A medida que las plantas crecen, las malezas tienen menos lugar para germinar, igual conviene cada tanto ingresar en el cantero y sacar las que van saliendo lo antes posible para no dejarlas florecer.

CÉSPED

Si no se ha resembrado

El césped perenne: bermuda, kikuyo, grama o gramillón; estarán ya perfectamente rebrotados y cubriendo bien todo el jardín. Sin la competencia de la resiembra de invierno el rebrote primaveral es mucho más rápido. Igualmente, no todo es alegría, quedan malezas para erradicar a mano y otras como el pasto miel para combatir tal vez en forma química. En el caso de las anuales lo mejor será arrancar a mano o cuchillo y quemarlas o tirarlas dentro de una bolsa (no al compost, ya que si han florecido deben tener semillas mediante las cuales se pueden propagar). El sacarlas ahora va a mejorar la apariencia del césped y en algunos casos como ser los abrojos o los cardos, evitaremos pincharnos, y dado que en esta época es lindo caminar en patas, tal vez valga la pena el esfuerzo.

Si el césped fue resembrado

Bajar el corte y hacerlo si es posible dos veces por semana, esa es la clave para lograr una buena transición entre el césped de invierno y el perenne que ya debería estar completamente verde. El corte bajo va a debilitar a la resiembra y permitirá que entre luz y reverdezca más rápido las variedades de base.

En ambos casos:

seguir con el control de grillos y grillos topos, que en su avance comen las raíces del césped y pueden causar grandes estragos. En ataques leves, el detergente diluido en agua puede resultar. En ataques fuertes, mejor consultar en el vivero o las casa especializadas para aplicar el mejor producto.

Estar atentos a la presencia de hongos que se manifiestan mediante manchas circulares quemadas. Un método orgánico consiste en cubrir el área con humus de lombriz, o sino aplicar un fungicida que controle la MANCHA ANULAR DE PRIMAVERA.

HUERTA y FRUTALES

En la huerta, los cultivos de verano van tomando fuerza y presencia. Si bien en este momento ya debería estar todo sembrado y empezando a florecer, se puede seguir plantando (plantines comprados en vivero) o sembrando aquellas plantas que prefieren una siembra de asiento como ser: chauchas, melones, zucchinis, zapallos, pepinos. También rúcula, lechuga y otros cultivos de todo el año como ser puerro, zanahoria, remolacha, etc. En todos los casos en que se siembre de forma directa o de asiento en la huerta, deberá tenerse en cuenta la temperatura, ya que a partir de ahora las temperaturas suben y para la germinación la temperatura no debe ser mayor a 27 ºC.

Sembrando en la huerta, habrá que generar una sombra, al menos hasta que los plantines tengan unos 10 cm. De cualquier manera, en el caso de las hojas deberán colocarse una media sombra permanente durante los meses de sol fuerte, para que se conserven tiernas.

Las primeras generaciones de plantas de tomate ya necesitarán tutores seguramente. Considerando que la mayoría de las variedades son altas y robustas, de la misma manera deberá ser el tutor. Sean de hierro, de cañas o de madera, vale la pena tomarse un tiempo para fabricar un tutor sólido y firme.

La otra tarea semanal en los tomates consiste en atarlos a un buen tutor.

También empieza la tarea semanal que consiste en atar al tutor las ramas, con un piolín de algodón, y pinzar los brotes axilares que nacen en la unión de las hojas con el tallo principal.

Estos brotes deben eliminarse para que la planta concentre su energía en el tallo principal, sus flores y frutos.

Pinzado de brotes axilares en los tomates

Los frutales de carozo empiezan a madurar sus frutos, las variedades tempranas de duraznos como ser el ‘Flordaking’ y el ‘June Gold’ ya pueden cosecharse. Las ciruelas y otras variedades de duraznos siguen creciendo y madurando. Hay que estar atentos a la posible presencia de mosca de los frutos, que podría arruinar la cosecha.

En los cítricos, los frutos ya están formados, la presencia de mosca blanca y otras pestes podría controlarse por algún medio químico u orgánico, siempre respetando tiempos y dosis.

ÁRBOLES Y ARBUSTOS

A medida que la primavera avanza, hay que prestar especial atención a los árboles y arbustos nuevos (o sea que han sido plantados este año). El desarrollo y formación de raíces durante los dos a tres primeros años de vida depende del agua que reciban. Después del tercero a quinto año, irán adquiriendo mayor autonomía y podrán soportar períodos más largos de sequía.

En un plan de fertilización anual, si se ha hecho una primera fertilización en agosto, podría repetirse una segunda ahora. Siempre cuidado de no excederse en la dosis (media a una cucharada por planta de fertilizantes Terrafertil® Dark Green) y preferentemente antes de una buena lluvia o riego.

Noviembre puede ser un mes de vientos fuertes, los tutores en las plantas nuevas deben ser chequeados para evitar que el viento y la lluvia las tuerzan y les entre aire en las raíces.