Con la llegada de diciembre y sus vaivenes térmicos, quienes vivimos del centro al norte del país, sufrimos últimamente algunas olas de calor, que nos llevan a replantearnos el cuidado del jardín. 

La gran pregunta podría ser, ¿qué hacer si la sequía nos acecha? ¿Cómo manejar las plantas con el exceso de temperatura? La naturaleza es sabia, y, aunque el hombre se encarga día a día de destruirla y las consecuencias se manifiestan en el cambio climático, las plantas saben muy bien cómo defenderse. Esto podría llevarnos a pensar que ante una situación de crisis (por ejemplo sequía y altas temperaturas) inundar las plantas o mantenerlas todo el día húmedas sería un gran error. Sí, por supuesto no permitir que sufran en exceso la falta de agua, pero tampoco exagerar.

El calor deja a la mayoría de las plantas prácticamente “quietas”, entonces cualquier acción que las impulse a brotaciones o cambios desmedidos, podría resultar inconveniente. Un simple consejo sería: ayudarlas a pasar el verano.

Empiezan las tardes y noches agradables, ideales para sentarse al final del día en el jardín, y disfrutar de los aromas, que ahora serán tilos, jazmines y alguna que otra dama de noche. Nada mejor que lindas reuniones para seguir disfrutando el jardín o balcón, y si es con amigos, mejor.

Los jazmines de cabo (Gardenia jasminoides) son las estrellas de diciembre.

CANTEROS

Los canteros aún con plena floración, deberían verse plenos y floridos, a menos que el calor nos juegue una mala pasada. Aquellos que tienen anuales que florecieron en la primavera, seguramente éstas, empiecen a decaer. Entonces, luego de cosechar las semillas y colocarlas en sobres de papel abiertos identificados, solamente restará arrancarlas y tirarlas a la compostera, ya que su ciclo va llegando a su fin. La posta la tomarán las anuales de verano: zinnias, cosmos, cleomes, erigeron annus, etc. ya empiezan a florecer. Y si no lo han hecho por falta de lugar en el cantero, entonces pueden sembrarse o plantarse en los huecos que han dejado las anuales de primavera que terminamos de arrancar. Una buena acción consiste en aprovechar el momento de recambio para hacer un poco de limpieza de malezas, reubicar tutores, y chequear riego.

Las dalias que empiezan a florecer en la primavera continuarán en flor hasta fines de otoño. En primer plano: Achillea 'Paprika'

En algunas herbáceas como ser los penstemon, que van a seguir floreciendo, conviene cortar las varas ya florecidas para incentivar nuevas floraciones. Y, para quienes tenemos la suerte de tener dalias que ya están en plena floración, también convendrá sacarles las flores secas y controlar los tutores. Diciembre es el mes de los agapantos, una herbácea perenne noble como pocas. Prácticamente no tiene plagas o enfermedades que las ataquen, no necesita ser tutorada, crece tanto al sol como en la media sombra, y si no le da la helada en el invierno, conserva sus hojas verdes.

Diciembre: Agapanthus, Salvias 'Indigo Spires' y Erigeron annus dando el efecto de una nube blanca.

CÉSPED

En todos los céspedes la especies perennes y estoloníferas ya están creciendo a full. Si hay alguien que se beneficia con el calor, esas son las gramíneas, y como el césped lo es, empieza entonces el tiempo ideal para hacer las mejoras aprovechando el calor y su gran crecimiento. Los grillos siguen ocasionando daños. Hay que recordar que puede ser que no se manifiesten en la superficie, pero que su daño se haga visible mediante manchas amarillas o quemadas y depresiones, esto podría ser un indicio de que hay algún insecto comiendo las raíces. Para su control lo mejor es consultar con un vivero o casa de agroquímicos que recomienden el mejor tratamiento.

A medida que las lluvias empiezan a escasear, queda la gran pregunta: ¿cuánto y cada cuánto se debe regar el césped? Lo primero a saber es que, en un césped establecido, la falta de agua puede ocasionar un amarilleo o encartuchado de hojas, pero que con un simple riego se soluciona, o sea no muere. Diferente es la situación de un césped sembrado o recién colocado, al cual no le puede faltar el agua, ya que en ese caso sí, corre riesgo de no sobrevivir. Por lo tanto, en el caso de no contar con un riego por aspersión, lo mejor es regar dos veces por semana a lo sumo durante un rato considerable para que el agua llegue bien profundo y así fomentar la formación de raíces más largas.

HUERTA y FRUTALES

Empieza la cosecha de los frutales de carozo: ciruelos, damascos, durazneros. El único enemigo que pudiera haber acechado es la mosca de los frutos, pero ya con la cosecha cercana, no conviene realizar ningún tratamiento con productos químicos. Si apareciera la fruta picada, y con gusanitos dentro, lo mejor será tomar nota para hacerle los tratamientos correspondientes el próximo año más temprano. En los cítricos podrían realizarse algunas podas leves, eliminando ramas que no tengan frutos (en formación), con el solo objetivo de concentrar la energía en aquellas ramas que si los tienen y también para controlar un poco el tamaño de los árboles.

Los frutales de carozo como ser ciruelas, damascos y durazneros empiezan a madurar sus frutos.

En la huerta, los tomates, los pimientos y berenjenas, ya crecen a buen ritmo. La tarea de atado al tutor y pinzado semanal es clave para mantenerlos en raya, especialmente a los tomates. Los zucchinis y zapallitos, veloces productores, dan frutos sin parar, estos deben ser cosechados jóvenes (pequeños) para que tengan mejor sabor y consistencia. Los melones y zapallos un poco más lentos, avanzan igualmente a paso firme. Y las chauchas y los pepinos, también ya empiezan a estar listos para cosechar. Con el calor ya instalado no conviene hacer nuevas siembras, a menos que se hagan bajo media sombra y cuidando de que no les falte agua (debe hacerse uno o dos riegos diarios con lluvia fina)

ÁRBOLES Y ARBUSTOS

La tarea más importante en los árboles y arbustos consiste en el control del riego y el mantenimiento de las ollas de las plantas. Muchas veces se cree que el riego por aspersión (diseñado para el césped) puede ser suficiente, y no lo es. En tiempos de sequía prolongada debe hacerse al menos un riego semanal en cada planta, para que al agua llegue a las raíces más profundas. Una buena práctica consiste en poner algún tipo de mulch (césped cortado, corteza, etc.), para conservar la humedad del suelo.

Por supuesto deberán controlarse las hormigas mediante la aplicación de cebos o barreras en los troncos, ya que el daño que ocasionan puede ser a veces irreversible.

En diciembre empiezan a florecer las hortensias, este arbusto que vuelve a estar de moda tiene la virtud de, ponerse más lindo y florecer más, a medida que envejece. Su demanda pasa por un suelo con ph más bien ácido, que las ayude a crecer y resaltar sus colores, muchas necesitan un suelo húmedo, especialmente en el momento de la floración. Hay muchas variedades con diferentes formas de flor y colores, y crecen idealmente en la media sombra y no demandan demasiado mantenimiento.